El Estado del Bienestuvo

06.05.2012 18:20

El Estado del Bienestuvo
En tan sólo cuatro meses de gobierno del Partido Popular, los pilares del estado del bienestar han sido atacados con el claro objeto de derrumbarlo. Los ciudadanos se sienten molestos por unas decisiones que, cada vez de forma más evidente, no tienen como objetivo hacer que España supere  la grave crisis económica, sino tumbar el modelo de sociedad en el que se había avanzado en los últimos años. Sin embargo, y de manera muy llamativa, el Partido Popular no está encontrando la respuesta social que cabría esperar ante unos recortes que, más allá de buscar el déficit cero, han roto
el contrato social y dejan a las clases más humildes en una situación de vulnerabilidad e incertidumbre ante un futuro poco esperanzador. Parece que los avances logrados con los gobiernos socialistas son vistos ahora como un sueño del que despertamos. La sociedad analiza el presente y recuerda  el pasado reciente como quien observa  una foto de su juventud, con nostalgia de los derechos conseguidos tras muchos años de lucha y ahora perdidos. ¡Qué bien estuvo el estado del bienestar!
Con la crisis económica como excusa y los derechos sociales en el punto de mira, el Partido Popular está llevando a cabo una serie de reformas que no sólo contradicen sus promesas electorales, sino que tienen un impacto económico negativo. Ante la oportunidad brindada por la dramática situación
del país, el gobierno de Mariano Rajoy ha decidido anteponer su ideario a una recuperación que cada vez parece más lejana. En lugar de intentar reactivar la economía, las medidas más inmediatas han buscado romper el consenso civil, avivar las diferencias de clase y destruir la imagen exterior de
España como un país moderno y solidario. La urgente superación de la crisis económica no ha estado entre las prioridades de los populares. Éstos han preferido posponer la recuperación ante la gran ocasión que se les ha presentado con una amplia mayoría parlamentaria, una ciudadanía aparentemente paralizada por el miedo, medios de comunicación en completa sintonía con los poderosos y una oposición debilitada por el excesivo castigo de quienes ahora no reaccionan.
Ante la cercanía del aniversario del inicio del movimiento 15M ha comenzado a circular por la red el  mensaje de una posible concentración el día 12 de mayo en la Puerta del Sol. Aún así no deja de ser sorprendente que esta acción se plantee como un recordatorio de lo que este movimiento – en
principio, ilusionante – supuso y del impacto que tuvo en 2011, más que como una respuesta a los recortes.  La agitación social del final de la anterior legislatura parecía anticipar el despertar de una ciudadanía más solidaria, comprometida con la política y dispuesta a defender sus derechos. Sin
embargo, el PSOE fue el principal dañado por el estallido quincemayista y la comodidad con la que Rajoy está llevando a cabo sus ataques contra el estado del bienestar obliga a replantearnos lo queocurrió entonces. Por su parte, el gobierno ha alcanzado un nuevo nivel de cinismo con el continuo uso de eufemismos para vender mediáticamente  la conveniencia de unas medidas que se justifican tanto en la herenciadel anterior gobierno, como en el uso de los servicios públicos “por encima de nuestras posibilidades”, al tiempo que defiende  que el sistema era insostenible.  Hay quien ha aceptado los recortes como un mal necesario para superar la crisis económica, pero las reformas inciden de manera tan profunda en la creación de desigualdades sociales duraderas, que no es posible admitir que las decisiones de los últimos consejos de ministros responden a la coyuntura. La puesta en marcha del ideario neoliberal del Partido Popular necesita de una ciudadanía exigente que se resista a aceptar que el estado del bienestar es un ideal para tiempos de prosperidad. En tiempos de crisis, la protección social y la igualdad de oportunidades son más importantes que en ningún otro contexto.
Sin embargo, es muy fácil retroceder hacia un modelo de sociedad decimonónico con unos ciudadanos que parecen haber aceptado que el estado del bienestar, bien estuvo.
 

—————

Volver