“M’agradaria que aprendre a parlar valencià fora una voluntat col·lectiva”
El Tribunal de Cuentas apuntala la financiación ilegal de Rita Barberá
El PP de Valencia usó en sus campañas una cuenta bancaria opaca para el órgano fiscalizador
critico de izuierda (Playa)
¡Vaya situación difícil! Terceras, cuartas y las que haga falta, antes de repetir legislatura elPartidoPopulista. Si ya han dejado a las familias en la calle, a los parados sin paro, a los trabajadores humillados, a sus amigos con la pasta en Suiza, a los banqueros que robaron, en la calle, a sus colegas políticos protegidos por leyes hechas para ellos, a los estudiantes sin becas, a la enseñanza por los suelos, a la sanidad hecha polvo, a los pensionistas temblando... ¿Qué tenemos que perder? Una hora en ir a votar, pues lo hacemos. PAra BOtarles!
Esperemos que Pedro Sánchez se mantenga en el NO. Confiemos por una vez en los políticos...
La cafetera informa
CARRETERAS. 
La «violencia de género» responde a una violencia estructural, que se sostiene en el marco de una cultura edificada sobre la lógica de la dominación y las relaciones de poder: las personas aprendemos el mundo a partir de unas determinadas categorías que no son neutras, sino que responden a maneras muy concretas de concebir las relaciones humanas. Unas categorías que configuran nuestras formas de pensar, hablar, sentir y vivir, y que, a modo de «marca» nos dividen en hombres y mujeres, heterosexuales y homosexuales, ricas y pobres, autóctonas y emigrantes, capacitadas o discapacitadas... Unas categorías que, bajo su aparente naturalidad, no sólo fundamentan diferentes formas de opresión sino que ejercen una violencia real en nuestras vidas, al invisibilizar las diferencias y otorgar un valor distinto a cada una de las identidades, dando origen a actos cognitivos, políticos y éticos violentos